top of page
Buscar

BARRIOS: SAN ROQUE

  • La Bella Tuxtla
  • 21 ago 2016
  • 6 Min. de lectura

"Y, supe además, que a ratos era una fiesta en el barrio, el aroma infinito de una ofrenda y una marimba desafiando al aire profanado de cohetes y campanas."

(Canto a Chiapas, fragmento, Enoch Cancino C.)

(En la imagen puede apreciarse la emblemática iglesia del barrio, la cual está dedicada a San Roque. Fotografía: La Bella Tuxtla)

El Barrio de San Roque es uno de los Barrios más populares de la capital chiapaneca gracias a las fiestas que se celebran en el mes de agosto. Anteriormente, habían jaripeos, carreras de caballo y de bicicletas. Aunque actualmente estas actividades ya no se realizan, las festividades quedaron arraigadas en el sentimiento tuxtleco, convirtiéndola en una Feria esperada por todos. Además, el Barrio de San Roque -al estar en el centro de la ciudad- representa un lugar importante en términos económicos, ya que es en este barrio en el que pueden encontrarse diversos establecimientos dedicados a la comercializción de productos diversos.


Junto con con los Barrios de San Jacinto, Santo Domingo y El Calvario, pueden considerárseles los barrios originales de Tuxtla Gutiérrez.


Originalmente, en la década de los 30's el Templo de San Roque era un templo pequeño que se alzaba en las elevaciones del cerro conocido como La Lomita. Actualmente poco queda de lo que fue dicho cerrito.

Hacia los años de 1950 se hizo la cancha de Básquetbol y el graderío que se encuentra actualmente en la parte baja del atrio. Con esta acción quedó devastada la falda de La Lomita donde actualmente (y originalmente) se encuentra la iglesia.


La Feria de San Roque

Es una de las ferias más esperadas ya que se encuentra muy arraigada en los sentimientos de la comunidad tuxtleca, ya que además del fervor que se le expresa al Santo, es un espacio en el que tradicionalmente se han llevado a cabo muchas expresiones de la cultura y tradiciones del mismo barrio y de la ciudad; además de mostrarse al mundo atractiva y llena de vida, sin pasar por alto las atracciones que nos ofrece, como la jícara de pozol más grande del mundo (cinco mil litros de pozol de cacao preparado por las "tías", y que es repartido de manera gratuita entre todos los asistentes), las presentaciones de artistas, los juegos mecánicos y los fuegos pirotécnicos que engalanan los festejos.


Tradicionalmente la etnia zoque -la cual influye ampliamente a todas las expresiones de los tuxtlecos- adorna sus altares colocando un somé principal, el cual se encuentra formado por tres barrotes: dos verticales (en los extremos) y uno horizontal (en la parte superior) a manera de portal; o bien sostenidos de manera horizontal por una viga o por alambrones que se dejan suspendidos en el techo.

Pueden observarse siempre en un altar de la cultura zoque, elementos como los somés o enrramas (parte superior) que son ofrendas realizadas de manera colectiva. Originalmente era “adornados” con mazorcas, muñecos de pan (llamados ponsoquís), piñas, cocos, plátanos, roscas de pan, cruces y roscas de melcocha (charamuscas), ondas de ensarta de flores de mayo, algunos joyonaqués y demás productos de la región. En tiempos recientes se les han ido agregando objetos de plástico como vasijas o trastos, etc.; todo esto significando una ofrenda a la Tierra por todo lo que ella nos da.

Los somés son adornados con una ensarta de flor de mayo, cuyo olor característico se mezcla con el incienso que se eleva al cielo como una especie de ofrenda espiritual. Y los cirios, junto con las veladoras, son encendidos para invocar o solicitar un favor al Santo en cuestión.

LEYENDA: LA COCHA CON LUMBRE

En este espacio, te compartimos una leyenda que podría ubicarse en el Barrio de San Roque. Te invitamos que la disfrutes.


A finales de los años diez de este siglo veinte las familias tuxtlecas no sólo estaban atemorizadas por los malvados “mapaches” sino también por la presencia en las calles de la “cocha con lumbre”, un terrible animal que con frecuencia se les aparecía a los “bolitos” que merodeaban por las cercanías de El Rodadero.

También dio un gran susto a don Damián que se dedicaba a la alfarería, experto en hacer aquellos “tibores” que se colocaban en los troncos de los rosales para que no se los comieran las arrieras. Damián, en una de tantas madrugadas del mes de marzo, cuando se preparaba para hacer la quema de sus obras de barro, al ver la lumbre que se alzaba cerca del horno para quemar los bebederos y tibores, dijo para sí: “Qué bueno, me voy a ahorrar los cerillos; ya está el fuego que me va a servir”. Se fue a la rústica cocina para tomar su café, cuando al voltear para ver la lumbre notó que el fuego se movía por un lado y otro, lo que le llamó la atención. Al fija r la vista en aquel fenómeno, distinguió en la oscuridad a un animal que corría echando fuego por el hocico.

Al momento sintió que se le enchinaba el cuerpo, metiéndose a toda prisa a su casita. El era un solterón que nunca había pensado en casarse. Casi con los pelos parados, le dijo a su mamá, que era ya una viejecita achacosa:

-Mamá… mamacita… por acá anda la cocha con lumbre…

- ¡La cocha con lumbre! No salgás, porque la otra vez salió por el rumbo del Turipachi y le cerraba el camino a su mozo de don Víctor… Sí, de tío Víctor Cuti, que como le anduvo muy cerca ahora anda con unos calenturones; por más que lo han curado de espanto no se compone…

-De suerte la vi de lejos- dijo Damián-. Pasó cerca de las curtidurías del arroyo San Roque… como que se resbalaba del rodadero al querer treparse por el cascajal…

-¿Qué horas son, Damián? ¿Todavía no amanece?

-No ha salido ni el nixtamalero- dijo Damián. Como hace tanto calor, me levanté desde hace rato para quemar temprano los tibores y los bebedores que me encargaron.

-Ni te había contado que el otro día que entraron los mapaches para robar en las tiendas y las casas del centro salió la cocha con lumbre… Dicen que andaban dando serenata a la Joaquina Morra cuando de repente salió por la casa de doña Ángela Aguilera… Sí, por onde está el barranco de don Prudencio…

-¿El zorro? ¿Por la casa de doña Laura, onde paran los burros de Chiapa?

-Por ahí mero- dijo doña Julia-. Que cuando estaban cantando junto a su puerta de la Joaquina que pasa corriendo la cocha con lumbre y luego agarró por la casa de Las Cabezoas.

-¿Y no les pasó nada a los parranderos?

-Me dijo la Tonita, que vive por ahí, que todos los bolitos amanecieron con gómito y que por más que se curaban la cruda no les paraba la cola… que se iban en diarrea… Quedaron con los ojos zambutidos de la gran cagalera que les agarró.

Pasaron los días y por unas semanas descansaron de las averías de la cocha con lumbre…

Una de tantas noches calurosas del mes de mayo, varios muchachitos se quedaron jugando hasta como a las once de la noche; por más que los llamaban para que se fueran a acostar no dejaban de jugar a las obligas…

En el silencio de la noche se escuchaba aquello que dice:

-¡Priiimero sin tocar en ella…!

- ¡Seeegundo con un sentón…! ¡Tercero con parada…!

Y en una de las casas del barrio se oyó que un papá les gritaba:

-A patadas los voy rempujar a sus casas, hijos de la…

-Déjalos… ahí que los espante la cocha con lumbre, así como le salió a Germán de doña Meche la vez pasada… Me gustaría que les diera su corrida esa cocha- se oyó.

Los muchachos cambiaron de juego. Empezaron a jugar a la tenta. Todos corrieron por distintos lados para escaparse de la “roña” cuando uno regresó disparado, casi cayendo de miedo.

Al instante se oyó un terrible gruñido, tan grave, tan extraño todo aquello, que como seis muchachitos quedaron tendidos de miedo en la polvosa calle.

Don Fausto, que era el papá de uno de los chamacos, alcanzó a ver de lejos la lumbre de aquel animal que se iba a El Rodadero y que a veces regresaba hasta La Lomita. Luego se veía que bajaba como una bola de lumbre y regresaba otra vez a El Rodadero por la casa de don Chente Copoti…

Desde aquella noche, los muchachos del barrio tanto de San Roque como de El Calvario, cuando mucho se iban a su casa a las nueve de la noche.


Fuentes de Consulta:

Cancino Casahonda, Enoch, (2004) "Recuerdos del Barrio de San Roque" Tuxtla y sus barrios, Historia, Crónica y vida cotidiana pp.135-140.


 
 
 
POSTS RECIENTES:
BÚSQUEDA POR TAGS:

© 2023 por NÓMADA EN EL CAMINO. Creado con Wix.com

  • b-facebook
  • Twitter Round
  • Instagram Black Round
bottom of page